21.1.12

eli tolaretxipi / 5 poemas de edgar

dolor

Pain has an element of blank…
 
Emily Dickinson

Lo primero que pierdo al caer
en el pozo es la sintaxis.
Sólo palabras sueltas
como dolor o visión de herida,
magulladura, arañazo, imposibilidad de
saber si antes, o
si la marca es el recuerdo
de algo. La hinchazón
oculta por el pelo podría
parecer irrisoria, patética, evitable.
Y qué me dices del ruido.
Será que el agua hierve o son aplausos, el agua o
un piano que imita los músculos
del mar, sus hombros, los brazos,
las manos que apartan la densidad.



no dolor

La mano abierta
presiona el muro,
detiene la hemorragia.
Una luz la oscurece,
le quema los bordes.
El destino se pierde
en las rayas asimétricas,
en la disposición desigual
de las manchas.
Hay cierta fluidez
parecida a la felicidad.
Un magnetismo distante como
una cura de deseo que se resiste.



lenguaje

La incomunicación es grandiosa,
absoluta, muy superior al silencio.
El discurso fluye como un río lento,
caudaloso, oscuro. No se ve lo que
pasa por debajo. A flote, nada que
consuele. Alguna rama de árbol de
otra historia. La turbiedad sirve
para ignorar el movimiento de
alcohol, de dinero. Se mencionan
el paisaje, el clima, lo que da de sí
el viento.



composición II

La función de los objetos
es la espera en la oscuridad.
Una luz remota los encuentra.
La ceniza revolotea como un bicho
bajo el ventilador.
No veo que la cuerda gire
pero parece como si el cordón
cortara las aspas.
Le quito los zapatos llenos de agua.
Flotan papeles escritos.
Papeles escritos pegados
a la planta de los pies.



composición III

Viguetas y entramado.
Palo de borracho y caña amarga.
Desvarío, como si se desdoblara.
Una sigue sentada frente a mí.
La otra quiere secarse.
Busca una toalla,
luego sábanas blancas.
Regresa a su funda.
Gira y la crisálida la envuelve.

 

Eli Tolaretxipi nació en San Sebastián. Es poeta, profesora y traductora. Ha escrito los libros de poemas Amor Muerto – Naturaleza Muerta (Bassarai, 1999), Los lazos del número (Bassarai, 2003), El especulador (Trea, 2009) y Edgar (inédito). Ha traducido, entre otros autores, a Sylvia Plath, Elizabeth Bishop, Menna Elfyn, Aurelia Arkotxa, Itxaro Borda, Tess Gallagher, Lydia Flemm y Patti Smith. Sus poemas han sido traducidos al italiano, al francés y al inglés.


.

8.1.12

javier arnaldo / 3 poemas de nosotros



Suresh

Olía a una hierba conocida
cuando tomamos aquel camino
que pisábamos por primera vez.
El riachuelo se arrastraba
sobre su huella rehundida.
Caminábamos en fila india
al lado de ese dios exhausto.
La brisa le llevaba un rumor de letanías.

Y pensé: más joven es el corazón,
cuanto más antigua la tierra.

Las heces secándose al sol.
Recostadas en la lejanía
las sombras robustas de los mangos.
Tengo hermanos y primos que viven aquí.
Reían los campesinos en una lengua muerta.
Reconociste entonces la hermosura
de los campos de garbanzos
y yo entendí por qué nunca estamos solos.




La alianza

Cómo hallar otro ejemplo.
Revoloteó una pareja de loros,
y la fábula tuvo lugar
donde zumban las abejas.

Las flores se abrieron como proverbios.
Se combaban los tallos,
temerosos como la primera vez.

En mi mano quedó
el poblado tacto de la rosa.
El último pétalo es la llave.
Abre conmigo aquella puerta.





La charca

Mojados y negros
los ojos que se abren y se muestran
como los lomos de las búfalas
asomándose en los charcos.
Mojados y negros, reparadores
como la lluvia del monzón, grandes
como las huellas del camello en la arena,
tiernos como las ubres de las búfalas,
obsequiosos como el vuelo azul de las palomas,
mojados y negros, cálidos
como la saliva en las comisuras del cebú,
eran los ojos humanos.

Comparten mesa
quienes se dan de comer en la boca.
Comparten camino
los ojos que se cruzan
y miran luego la indecisa cometa
volar sobre los maizales.
Todo es alimento entre nosotros.
Entre nuestras miradas
el calor del cardamomo,
hervido en leche dulce,
servido en los ojos humanos,
adherido a un aire que huele a estiércol.

Y se suma lo que se corresponde,
los aromas, los olores, la dulce mantequilla.
En la mirada antigua la ubre exhalada.
Las manos hacen pan en el oído,
chapotean como las aguas en la orilla,
desplazadas por el lento ganado,
agitadas por el afecto del desayuno.
Se las oye perpetuar el receso como una lumbre.
Te acompaña en los ojos
el color de las búfalas remojadas
donde abundan los cultivos.




Estos poemas forman parte del libro Nosotros, editado recientemente por Árdora Ediciones. Javier Arnaldo (Madrid, 1959), reconocido autor de textos de ensayo e historia del arte, ha desarrollado igualmente una labor poética en sus libros Mecer y el labio (1981), Elogio de la tragedia (1983) y Color (1993), el primero y el último publicados en ediciones no venales.